
Durango, México. — La muerte de una adolescente de 14 años tras someterse a una cirugía estética de aumento de pecho ha desatado conmoción y polémica en el estado de Durango. La joven, identificada como Paloma Nicole Arellano, fue intervenida el pasado 12 de septiembre en una clínica privada por un médico señalado como Víctor N., y falleció días después a consecuencia de complicaciones derivadas del procedimiento.
De acuerdo con el testimonio de su padre, la menor sufrió un paro cardiorrespiratorio y posterior inflamación cerebral que la mantuvieron en coma inducido e intubada, hasta que finalmente perdió la vida. El hombre aseguró que desconocía por completo que su hija sería sometida a una cirugía estética y que se enteró de lo ocurrido hasta el día del funeral.
El procedimiento fue autorizado por la madre de la adolescente, quien firmó el consentimiento para la operación. Sin embargo, el padre acusa que la menor nunca fue plenamente informada sobre los riesgos de la intervención.
El caso ha puesto bajo la lupa a la clínica y al médico que realizó la cirugía, así como a la proliferación de centros estéticos irregulares en México. La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha clausurado en los últimos años decenas de establecimientos que operaban de forma clandestina o sin las autorizaciones correspondientes.
Organizaciones médicas y especialistas han advertido sobre la urgencia de reforzar las regulaciones para evitar que adolescentes accedan a procedimientos quirúrgicos estéticos de alto riesgo. La Fiscalía estatal informó que ya se inició una carpeta de investigación para esclarecer responsabilidades.
La tragedia ha abierto un debate social sobre la presión estética en menores de edad, la falta de controles en el sector y la responsabilidad de padres y médicos al permitir procedimientos de este tipo en adolescentes.

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